En alguno de los posts anteriores he dicho que no era mi intención hablar de temas médicos. Lo que quería decir con eso es que estas cuestiones son muy delicadas y no me gustaría que mis palabras confundieran a alguien. No obstante, comprendo que cuando el trastorno bipolar se acerca a nuestras vidas (ya seamos pacientes o familiares) todo son incógnitas y no está de más intentar aclarar al menos las ideas más importantes sobre el TAB. Insisto en que, de todas formas, lo mejor siempre es preguntarle nuestro psiquiatra.
En cualquier caso, estas son las preguntas que considero cruciales para saber de qué va el TAB:
¿Qué es el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica. Antiguamente se conocía como enfermedad maníaco-depresiva, debido a la alternancia en los cambios del estado de ánimo propia de este trastorno. En su manifestación más característica, los pacientes se sienten o bien más activos, eufóricos o incluso felices de lo habitual —lo que se denomina fase maníaca— o bien se hallan sin energía y sumidos en la más profunda tristeza, lo que se denomina fase depresiva.
Así dicho, parecería que todas las personas somos «un poco bipolares» puesto que nuestro ánimo no es siempre igual y a veces estamos más alegres o más tristes. Pero en el caso de las personas que sufren un trastorno bipolar estos altibajos son muchísimo más pronunciados que en las personas sanas.
¿Cómo se manifiesta el trastorno bipolar?
La bipolaridad se manifiesta cuando además de los cambios de humor se producen alteraciones en el sueño, en el pensamiento y en la actitud general de la persona que a menudo está «en otro mundo». De hecho, estos síntomas pueden llegar a dificultar su desenvolvimiento normal e impedirle la realización de sus actividades sociales, como asistir a la escuela o trabajar.
¿Qué causa el trastorno bipolar?
A día de hoy, se desconocen las causas que provocan el trastorno bipolar.
Podemos hablar, por un lado, de factores biológicos, ya que las personas que sufren el trastorno experimentan cambios en el cerebro, cuya trascendencia está aún por determinar. Por otra parte, hay que tener en cuenta la influencia genética, que se está investigando en la actualidad, ya que este trastorno es más frecuente en personas con parientes que también lo padecen (en especial, parientes de primer grado, como padres o hermanos).
¿Cuáles son los factores de riesgo del trastorno bipolar?
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer trastorno bipolar o que pueden actuar como desencadenantes del primer episodio son:
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Tener un pariente consanguíneo (como padre o hermano) con trastorno bipolar
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Períodos de mucho estrés o experiencias traumáticas. No obstante, no hay que hacer una lectura del estrés como algo necesariamente causado por acontecimientos negativos. Los acontecimientos positivos también pueden causar un episodio. Es decir, es indiferente que se trate de una muerte o un nacimiento, un despido o un ascenso, una separación o el comienzo de una relación. Del mismo modo, tanto nos hallemos ante acontecimientos positivos como negativos, los episodios a que dan lugar pueden ser maniáticos o depresivos.
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Abuso de alcohol, fármacos u otras drogas
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Dormir menos de siete u ocho horas
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En mujeres, el parto, por su descenso brusco de los niveles de estrógenos
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El mayor riesgo de las personas diagnosticadas con trastorno bipolar es dejar de tomar la medicación. Muchas veces, el bipolar se siente bien y deja de considerarla necesaria, lo cual suele ser causa de recaídas y de un empeoramiento general de la enfermedad.
¿Cómo son las personas bipolares?
Las personas bipolares son exactamente iguales a las demás. La bipolaridad es una enfermedad mental que hace que estas personas atraviesen periodos en los que sus emociones se hallan alteradas, eso es todo. Evidentemente, en esas fases, la persona está perturbada y su comportamiento no es normal, pero esos periodos pasan (mucho más rápidamente con la medicación adecuada) y generalmente tras ellos la persona afectada puede volver a reanudar su vida y sus actividades normales. Como repito a menudo, tomar la medicación en los periodos intercrisis es la mejor garantía de mantener la salud de un enfermo bipolar.
¿Cómo saber si uno es bipolar?
Por definición médica, en líneas generales uno es bipolar si ha sufrido uno o más episodios depresivos habiendo padecido cuando menos un episodio de hipomanía. Pero para hacer un diagnóstico totalmente válido y fiable, es preciso acudir a un especialista. Es importante no olvidar que este tipo de trastornos mentales requiere de asistencia profesional para su diagnóstico y tratamiento.
En cualquier caso, además de los síntomas propios de las fases agudas de la enfermedad (manía y depresión), de los que hablaré más adelante, hay una serie de pautas que podrían inducirte a sospechar que puedes padecer la enfermedad. No obstante, lo normal es que el paciente no sea muy consciente de ellas y sean sus familiares y las personas cercanas las que las aprecien con mayor claridad. Estas son:
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Oscilaciones en el estado de ánimo con periodos de bastante duración (unas 2 o 3 semanas)
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Actuaciones extravagantes, diferentes del carácter normal
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Exceso de actividad
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Desinhibición
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Exceso de verborrea
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Periodos de infelicidad, con sensación de incapacidad, desilusión y desesperanza
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La actitud general no podría ser calificable como un estado de estabilidad y equilibrio psíquico
¿Qué tipos de trastorno bipolar hay?
No hay un acuerdo absoluto sobre cuántos tipos de trastorno bipolar hay. No obstante, hay un cierto consenso en considerar los siguientes:
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Trastorno bipolar tipo I
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Trastorno bipolar tipo II
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Ciclotimia
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Trastorno bipolar no especificado
En los apartados correspondientes aclararé en qué consiste cada uno de ellos.
¿Qué es el trastorno bipolar tipo I?
El trastorno bipolar tipo I se da en aquellas personas que hayan sufrido cuando menos un episodio maníaco acompañado de un episodio depresivo. Para el diagnóstico de esta modalidad es necesaria la existencia de uno o más episodios maníacos o mixtos. Sin embargo, no es preciso a estos efectos que exista un episodio depresivo, aunque es muy frecuente que este suela aparecer.
¿Qué es el trastorno bipolar tipo II?
El trastorno bipolar II no es, como a veces se piensa, una forma más leve del trastorno bipolar I, sino que tiene un diagnóstico diferente a este.
El trastorno bipolar tipo II se distingue por la existencia de episodios de depresión mayor y por, al menos, un episodio hipomaníaco (los episodios de hipomanía no son tan excesivos como los de la manía, es decir, no dan lugar a alteraciones sociales o laborales y no presentan rasgos psicóticos).
El trastorno bipolar tipo II es mucho más difícil de diagnosticar, puesto que sus manifestaciones no son tan llamativas como las del tipo I, en especial la hipomanía (de hecho, pueden aparecer síntomas psicóticos durante los episodios de depresión mayor, pero no en las fases de hipomanía).
¿Qué tratamiento tiene el trastorno bipolar?
Es muy importante tener presente que las personas con trastorno bipolar pueden recibir tratamiento y que gracias a este pueden mejorar y llevar una vida exitosa.
El tratamiento para el trastorno bipolar se suele componer de medicamentos y alguna forma de psicoterapia, aunque esta última por sí misma no puede conducir a la curación, por lo que siempre es necesario el uso de fármacos.
Por otra parte, es muy posible que la medicación no dé resultado al primer intento. Por ello, quizá sea preciso probar diferentes medicamentos o combinaciones de ellos hasta dar con los productos y las dosis más adecuados, así como ajustar periódicamente la medicación, controlando no solo los síntomas sino también los efectos secundarios.
Ya sea que se trate de un trastorno bipolar tipo I o II, los medicamentos a aplicar pertenecerán a uno o más de los siguientes grupos:
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Estabilizadores del estado de ánimo. Como su nombre indica, sirven para mantener equilibrado el estado de ánimo y alejar al paciente de los estados maníacos y depresivos. El más conocido es el carbonato de litio, aunque existen otros, como el ácido valproico.
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Antipsicóticos. Los medicamentos antipsicóticos sirven para luchar contra las fases de manía o hipomanía que pueden sufrir los pacientes bipolares. A veces se combinan con estabilizadores del estado de ánimo, especialmente cuando los afectados salen de las fases agudas de estas crisis.
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Antidepresivos. Como su nombre indica, estos medicamentos sirven para combatir las fases depresivas del trastorno. Normalmente no se recetan en exclusiva, ya que pueden provocar un efecto maníaco, por lo que suelen ir acompañados de un estabilizador del estado de ánimo o incluso de un antipsicótico.
Suele ser conveniente complementar el tratamiento farmacológico con otro tipo de terapias o actividades entre las que destacaría las siguientes:
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Psicoterapia. En la mayoría de los casos y, sobre todo, al principio del trastorno, es conveniente realizar una terapia cognitivo-conductual. Con ella, el paciente podrá comprender mejor su enfermedad, así como identificar y corregir aquellos comportamientos y creencias que sean negativos y poco saludables. La terapia grupal también puede ser efectiva.
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Autocuidado. Complementariamente al tratamiento farmacológico y a la acción psicoterapéutica, el paciente puede colaborar activamente en su curación mediante una serie de prácticas basadas en un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación adecuada, suficientes horas de sueño y un régimen razonable de actividad física.
¿Cómo afecta la bipolaridad a las mujeres?
Aunque este trastorno afecta tanto a hombres como a mujeres, en las mujeres bipolares tiene unas manifestaciones específicas. Por ejemplo, mientras en los hombres predomina más la manía, las mujeres suelen resultar más afectadas por la depresión (aunque esta ley no se cumple a rajatabla, evidentemente). Eso hace que sea más frecuente en ellas el trastorno bipolar de tipo II.
Las características más significativas del TAB en mujeres son:
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Suelen presentar un mayor número de síntomas depresivos
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La ansiedad es más frecuente que en los hombres
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A menudo se desarrollan conductas de irritabilidad
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En episodios maníacos, aumenta sensiblemente la verborragia
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Experimentan los peores cambios de humor durante la menstruación
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Pueden aparecer trastornos en la conducta alimentaria
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Puede producirse un aumento de peso debido a la inactividad
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El embarazo es un factor de riesgo. Por otra parte, pueden experimentar recaídas dentro de un periodo de 3 a 6 meses después del parto. En esa fase pueden aparecer trastornos psicóticos, incluso con delirios y alucinaciones visuales o auditivas.
¿Qué es la ciclotimia?
La ciclotimia es un tipo con manifestaciones más «suaves» del trastorno bipolar. Se caracteriza por la repetición de numerosos episodios de hipomanía (ojo, no de manía), intercalados con episodios depresivos (pero no de depresión mayor). Se trata de variaciones del estado de ánimo que se aprecian como características de la persona y que sin ser extremas influyen en el desenvolvimiento normal de la misma.
Se distinguen dos casos genéricos: o bien los estados de ánimo cambian rápidamente (cuatro o más en un año) o bien son más lentos. Desde el punto de vista psiquiátrico se conocen como ciclos rápidos o acelerados y ciclos lentos, respectivamente. Existen además los ciclos ultrarrápidos, en los que las variaciones anímicas tienen lugar varias veces a la semana e incluso dentro del mismo día. Esta última forma del trastorno es relativamente infrecuente.
¿Qué es el trastorno bipolar no especificado?
El trastorno bipolar no especificado no es en sentido estricto un tipo concreto de trastorno bipolar, sino una categoría en la que se incluyen todos aquellos trastornos que apuntan a una cierta bipolaridad pero no caben en las otras categorías diagnósticas.
Lo más frecuente es que en estos casos el trastorno se detecte en fase depresiva, por lo que es preciso averiguar si ha habido episodios anteriores de manía o hipomanía, con objeto de evitar la confusión con una depresión mayor. Esto es importante, ya que el paciente podría ser diagnosticado con esta última y medicado con antidepresivos que podrían dar lugar a una fase maníaca.
¿Qué es un episodio maníaco?
Episodio maníaco es una alteración del ánimo que cursa con los siguientes síntomas:
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Estado de ánimo anormalmente elevado, con euforia y excitación excesivas
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Alteraciones en el sueño. La persona duerme menos de lo normal, llegando incluso a perder el sueño. Sin embargo, conserva su energía y no se siente fatigada. El patrón habitual suele ser acostarse muy tarde y levantarse muy temprano
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Verborrea
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Agitación
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Irritabilidad
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Hipersensibilidad
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Dificultad de concentración
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Conductas de riesgo
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Impulsividad
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Hipersexualidad
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Gastos desmesurados e injustificados
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Acopio de objetos innecesarios.
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Inclinación religiosa inhabitual y excesiva
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Ilusiones de grandeza: autoimportancia, a menudo con connotaciones religiosas. La persona se siente invulnerable y capaz de proezas increíbles
¿Qué es un episodio depresivo?
Ciertamente, un episodio depresivo es bastante más fácil de identificar que un episodio maníaco aunque, como veíamos antes, es importante a la hora de proceder a su tratamiento, diferenciar si se trata de un proceso depresivo «puro» o, por el contrario, se halla ligado a algún otro síntoma de bipolaridad.
En todo caso, los síntomas de una persona en fase depresiva son los siguientes:
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Sentimientos de tristeza, vacío, desesperanza
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Llanto sin razón aparente
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Pérdida de interés en las actividades que antes resultaban placenteras, como deportes o aficiones
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Falta de energía: la persona se siente demasiado fatigada para llevar a cabo actividades que antes realizaba normalmente, como trabajar
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Alteraciones del sueño: La persona duerme demasiado o bien no duerme. Es frecuente que tenga dificultad para dormir de noche, pero que le cueste permanecer despierto durante el día
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Alteraciones en la alimentación: Comer demasiado o demasiado poco
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Dificultad de concentración
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Dificultad para tomar decisiones
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Dificultades de memoria
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Abuso de alcohol o drogas (esto puede agravar el trastorno bipolar)
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Ideas suicidas
Creo que he contestado a las preguntas más frecuentes que le pueden surgir a una persona que toma contacto por primera vez con el trastorno bipolar. En todo caso, si tienes cualquier duda, no dejes de hacérmela llegar y, por supuesto, intentaré contestártela.